Espaäna pintoresca ; la vie et les coutumes de l'Espagne en histoire et légende . joven estudiante, yle dés : -  : es el primer viaje que hace mi nieta en tren. - Abuelo, tengo mucha sed, - exclama la niña, acer- 20candóse al anciano. - En la próxima estación, contesta le abuelodándole - El Beso de l'ONU en la front. Le PASAN Pero varias estaciones y el vendedor de aguano llega. 25 por fin en una se Oye el Grito deseado : ¡ - Agua, agua fresca-a-a ! La niña, palmotea sonríe el anciano. 14 ESPAÑA PINTORESCA - Abuelito, tengo mucha, Mucha, sed - vuelve un decirla pequeña. - ¡ Aguador ! ¡ Aquí ! - Grita el caballe

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Espaäna pintoresca; the life and customs of Spain in story and legend . joven estudiante, yle dice : — Éste es el primer viaje que hace mi nieta en tren. — Abuelo, tengo mucha sed, — exclama la niña, acer- 20candóse al anciano. — En la próxima estación, — le contesta el abuelodándole un beso en la frente. Pero pasan varias estaciones y el vendedor de aguano llega. 25 Por fin en una se oye el deseado grito : — ¡ Agua, agua fresca-a-a ! La niña palmotea, sonríe el anciano. 14 ESPAÑA PINTORESCA — Abuelito, tengo mucha, mucha sed, — vuelve a decirla pequeña. — ¡ Aguador! ¡ Aquí! — grita el caballerodesde la ventanilla. El vendedor llena un vaso de agua fresca de su cán-tara de barro, y se lo da a la pequeña. Ésta se lo pasa al anciano. — Beba usted primero, abuelo.Después nos pasa a nosotros el vasoque ha vuelto a llenar elvendedor, y por último, cuando todos los mayo-res han calmado su sed, la niñita bebe con avidezun vaso de agua fresca.— Muchas gracias, señor, — le dice al agua-dor, dándole cinco pe-rros chicos.. AGUA, AGUA FRESCA-A-A ! Al mediodía hacía ca-lor, y teníamos hambre.Un nuevo pasajero entró en el compartimiento. — Buenas tardes, señores, — dijo saludándonos. — Buenas nos las dé Dios, amigo, — contestaron elanciano y el estudiante, y en seguida entablaron una grata 25 y amigable conversación. Al poco rato el abuelo sacó unas cestas de debajo delasiento, las abrió con cuidado y nos las pasó diciendo: — ¿ Ustedes gustan, señores .? LA HOSPITALIDAD DE LOS ESPAÑOLES 15 — Muchas gracias, que aproveche, — contestó cortes-mente el estudiante. Nosotros miramos al anciano sin acabar de comprender. — Tengan la bondad de tomar algo, señores. — No comprendo, — contestó mi hermano con dificultad. 5El abuelo nos miró sorprendido. — ¿ No hablan español los señores ? — No, señor. — ¿ Hablan francés } — nos preguntó el estudiante llenode alegría. 10 — No mucho. — ¿ Habl

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